Carlos Graffigna, -ing.- Fue un visionario, una persona de vanguardia, solidario y único en su naturaleza.
Ocupó un cargo en la nación durante el gob. De Alfonsin, relacionado con la ciencia, el era eso, alguien muy particular, con un espiritu especial, su humanidad mezclada con sus proyecciones a futuro lo hicieron una persona distinta.
Recién recibido DE INGENIERO se fué a Ullum a implementar una radio, justamente en la bodega “las lomas” que hoy esta bajo el agua del dique de ULLUM. También dirijió la colocación de la antena mas alta de San juan, la antena que esta frente a un conocido hipermecado, y llamada como su apellido «la antena de Graffigna ….».
patio de la bodega en «las quermeses»
Comenzó a transmitir radio en Ullum, ponían música luego de las jornadas laborales agobiantes, en exclusivo para sus empleados, eso era lo peculiar, y su gran RAZÓN DE SER, que lo caracterizó a el y la flia. que pregonó el trabajo, la solidariadad y la amistad entre el empleado y el dueño, «Capitalismo solidario» asi lo definía Carlos y que hay un libro, por imprimir en la cámara de diputados de San Juan, sera un homenaje a este silencioso y vanguardista SANJUANINO Don Carlos Graffigna. esas fueron las pruebas de la incipiente RADIO COLÓN, allí comenzaron las pruebas de lo que luego fué la radio más importante de San Juan.
Asi quedó todo el campo que era la bodega.(bajada del agua del lago 2008).
«Desterrados», eso fué lo que pasó en la localidad Ullunera, llamada «las lomas» o «los lominos» o los «de abajo» que nació a partir del emprendimiento familiar de Santiago Graffigna que instaló una bodega, a principios del 1900, en plena revolución industrial, el venía de Italia, y aquí encontró similitudes, climáticas, pero otra fundamental era el valor humano de las personas, «que destacó Santiago», esa humanidad de los pobladores, el mismo decía; los ulluneros son y cumplen mejores sus trabajos mejor que nadie, características que muchos, incluido el fundador Santiago, encontró ese reparo en la gente, por eso mismo, a pesar que ellos fueron capitalistas, eran más flexibles y humanos.
antes y despues del frente de la bodega.
Que los Ruiz también hablaban de los Ulluneros, como grandes personas, nobles y trabajadores e inteligentes, tanto así que hubo unos 200 ulluneros que acompañaron la columna de Cabot en 1816 a lo que había sido la revolución de Mayo, y un descendiente de Ruiz lo contó a nuestro diario.
«fuertes, nobles, inteligentes» todos los halagos para la gente de Ullum, eso lo MANIFESTÓ el mismo comandante a VALENTIN RUIZ, DE AQUEL VIAJE QUE DURÓ MÁS DE UN MES DESDE SAN JUAN A BUENOS AIRES, y allá defendieron la patria como nadie.
Luego los Graffigna coincidían 100 años mas tarde, o sea que es verdad de la nobleza de la gente DE ULLUM y ese quizá fue la amalgama MAS IMPORTANTE, entre los Graffigna y Ullum, SU GENTE!.
la demolición
«A cada persona que decidía formar un matrimonio le regalaban una casa». En charlas con Carlos hablaba de esa relación patrón trabajador, ERA DISTINTA, y revolucionaria para la época. En todos los testimonios, nadie habla mal de ellos, al contrario.
los belén vivientes.
proseción a la virgen del Rosario 1955
«boyadores» pasaban a los autos en la crecidas del rio SAN JUAN
bodega foto desde el patio interno
primeras procesiones a la virgen del rosario y primer bodega de adobones. 1917 esa contrucción cayó en el terremoto del 44.
Ellos fundaron un legado, los empleados eran sus familia, junto a ellos realizaban BELÉN vivientes, HICIERON obras hidráulicas para llevar agua de Punta Negra a la bodega, y todo Ullum,
ese adelanto no era solo para ellos si no para todos.
Asi que llegaron los militares y para salvar la imagen y decidieron hacer el dique de Ullum, que no era lo recomendado, si no era uno mas alto, quizá en Calingasta, El horcajo, luego Caracoles, luego punta negra y al final Ullum.
Como siempre, todo mal comenzaron por el final, arrazaron con todo, desterrados, ese es un crimen social, desterrar a la gente de su hábitat, su trabajo, su tierra.
En la década del 80 borraron del mapa a “las lomas”, lo que se llama una “gesta”, bueno eso no sirvió porque llegó la democracia, azotó la crisis, deuda externa, hiper inflación, hambrunas y para colmo los ulluneros se quedaban sin trabajo.
Ullum de alguna manera dependía de esa bodega, algunos alquilaban sus carros para la cosecha o trabajaban temporalmente allí. Además eran un polo cultural, por los carnavales, los deportes, las fiestas religiosas. etc.
Asi fue que todo terminó en un dique y una localidad bajo el agua. Donde Daniel Valenzuela, Ullunero presidente de la única Biblioteca popular de Ullum, llamada como un poeta de Ullum, ya fallecido Don Luis Solera, Bíblioteca reconocida por el ente nacional de bibliotecas CONABIP, bueno allí se acercó Carlos a dejar las fotos, y algunas donaciones, como mesas de pc, computadoras etc. Las FOTOS con la idea que se las publique, tan es asi que ya está el ejemplar, llamado ·»memoria sumergida”, que la cámara de diputados el fondo editorial lo ha impreso y este año 2020 o 2021 saldrá a luz para vislumbrar esa historia, que la escriben los que pierden, como esos ulluneros que fueron desterrados de su terruño.
AQUÍ UN TEXTO PUBLICADO POR QUIÉN HACE EL PRÓLOGO de tal libro, hablamos aquí del periodista icono sanjuanino, Luis E. Meglioli, amigo personal de Carlos. El ministerio de cultura también tuvo que ver en esta publicación.
LA LEGISLATURA Y UN RESCATE HISTÓRICO DE ULLUM.
* Luis Eduardo Meglioli
Que el periodista y hombre de la Cultura en Ullum, Daniel Valenzuela, haya preparado una publicación sobre el momento más difícil de la historia del departamento implica que hablamos de registrar para las nuevas generaciones y el futuro, la crónica de la dramática etapa bisagra que dividió al departamento en un antes y un después, en el Ullum pre-dique y el pos-dique. Imperiosamente esa labor debía caer en manos de un hijo de Ullum, para que el resultado fuese la letra de mil emociones, ante la intrépida transformación ordenada por el progreso. Y, ¿qué era imprescindible para zambullirse en ese pozo de memoria?, amar a Ullum, su entorno y su gente; sentir y escribir poniendo el oído o intuyendo los suspiros imborrables de tantos corazones compungidos. Luego, pensar en multiplicar la obra para alimento de las actuales generaciones de ulluneros y de quien quiera conocer esta vigilia de leyenda. Para ello, el autor tocó a la puerta del Vicegobernador de la Provincia, Dr. Marcelo Lima, lo puso en conocimiento de su obra y de la necesidad de publicarla, después de varios intentos. La inmediata respuesta de Lima fue positiva y el texto en soporte electrónico pasó a la sección Fondo Editorial CDSJ para iniciar el trámite de impresión y su publicación en este primer semestre de 2019. Valen los detalles, porque no se trata de un texto entre muchos, ya que debajo del actual dique tuvo desaparecer todo el caserío y parte de la vida de un añoso pueblo, para lo que expertos de los años ‘70 supieron convencer a los habitantes, aunque muchos de ellos quisieron evitar ese odioso capricho del progreso. Hoy nadie pide en Ullum que se aborrezca a aquellos acreditados técnicos en Recursos Hídricos, porque hay resignación infinita desde la última gota de aquel rio de desdichas. Y cuando la emblemática bodega de los Graffigna, que daba vida a todo este poblado, empezó a caer a los piquetazos, es probable que hasta el cacique Ullumpa haya disparado su feroz desconsuelo. Y ahí fecundaba la leyenda que hoy comienza a latir en estas páginas, y quizá, ante los turbados luceros del cacique Ullumpa, de cuyo nombre derivaría el topónimo Ullum. Estremece leer los detalles de los últimos días de la bodega y del destino de propietarios y empleados. Con sus ojos destilando recuerdos ante decenas de fotografías de la época gloriosa de Ullum y su bodega, Valenzuela incorpora de manera sublime fragmentos de paisaje sepia a la historia real que cuenta. Le ha llamado “Memoria sumergida”, y para desenredar algunas complejas madejas de relatos, fue esencial el aporte de un investigador ímprobo, de un caballero sin vueltas e hidalgo de la vida: el ingeniero Carlos Graffigna, fallecido hace poco más de un año, uno de los más destacados miembros de la familia propietaria de la bodega. Para el autor, ha sido imprescindible su ayuda y la larga conversación con él, transcripta íntegramente, pareció transcurrir entre la luz y el calor de quien quería saber y de quien quería contar para los tiempos. Finalmente, este “Memoria sumergida” se transforma en patrimonio intangible de un importante departamento sanjuanino. En testimonio de un pedazo de San Juan que fue, y que desde ahora emergerá para la historia.
* Periodista
junto a Daniel Valenzuela en casa de Rosita de Valenzuela




